domingo, 5 de janeiro de 2014

Porque perdonar a quien tanto mal me hizo?


   Cada vez que hablo de perdón a alguien que sufrió abusos, no lo hago porque quiero ser la creyente buenecita predicando la Palabra de Dios. Una de las cosas más difíciles para mí fue entender el porqué de Dios permitió que aquello me sucediera y además tener que perdonar. Entonces, yo me coloco en su lugar en ese instante y no espero su comprensión, y sí su indignación contra mí; Vale, tengo que dar el remedio amargo que le ayudará.
¿Qué ventaja hay en perdonar? Ya hablé sobre la amargura del alma al recordar, cada instante, lo ocurrido; el deseo de venganza, la depresión y la auto compasión. Cuando decides conscientemente perdonar, te liberas de toda esa carga negativa que te esclaviza. Y observa que yo dije conscientemente; no pienses que de la nada vas a decir “yo te perdono” y toda esa opresión desaparecerá como por arte de magia. ¡No es así! Tú decides perdonar, aunque te parezca una locura, y entras en una batalla mental para no alimentar más el odio, el dolor. Es una decisión que requiere una acción. Palabras, sólo, no van a producir el resultado. Sin embargo, cuando te niegas a pensar en el abuso, a irritarte, llorar, gritar, rechinar los dientes cuando te acuerdes de aquella persona, ahí sí estás tomando la actitud que va a salvar tu vida.
Cuando comencé a investigar sobre el asunto, yo quería encontrar una palabra que me diese algo a cambio por el perdón. Tener que perdonar sin entender el porqué, ¿de qué me servía eso? No me convencía y me impedía hacerlo. Fue entonces cuando leí: “La discreción del hombre le hace lento para la ira, y su gloria es pasar por alto una ofensa..” (Proverbios 19:11)
Por lo que entendí que, si yo perdonaba, estaría recibiendo alabanza/honra sobre mi vida y, obviamente, encontraría paz. Parece ironía: el abuso se haría en honra para mí.
El hecho de no perdonar no hace con que la justicia o venganza se cumpla, la mejor venganza era yo encontrar paz dentro de mí para poder reconstruir mi vida- fui abusada por alguien en quien confiaba, me decepcioné con mi propia madre y ahora estaba siendo chantajeada por mi novio, que había descubierto mi infortunio. Y esa paz la encontré cuando resolví hablar y actuar sobre el perdón. No hagas eso porque las personas te dicen que es lo correcto, no hagas eso para ser buenecita, no dejes que te convenza… perdona para encontrar vida.
En este momento, te invito a quedarte a solas, cerrar los ojos y que recuerdes a aquel que te causó tanto dolor, mírale a los ojos y dile “Yo te perdono”. Esas palabras van a rasgar tu alma y tu batalla comienza en no volver atrás; pero yo determino que inmediatamente después de hacer eso, una maravillosa paz va a entrar en tu corazón.

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