quarta-feira, 13 de novembro de 2013

Que debo hacer yo?

Lo primero es entender que puedes, a veces, actuar mal o decir algo equivocado, pero no significa que estés equivocada todo el tiempo, por lo tanto, esta situación no es tu culpa, sino que va mucho más allá de las disputas cotidianas en la vida de los dos.
Segundo, entender que, sea lo que sea, lo que esté en juego: orgullo, vergüenza, miedo, no puede ser lo suficientemente fuerte para que continúes aceptándolo, pues tu vida y la de tus hijos está en juego.
Tercero, rescata tu valor. Cuando lo conociste, tenías una vida independiente y tenías victorias, eras feliz, estabas llena de objetivos, entonces no eres aquella persona incapaz que él te ha pintado.
Después de estos tres pasos, entonces deberás reflexionar con sinceridad hasta qué punto, siendo el blanco de su agresión, puedes ayudarlo.

Basados en el hecho de que él entiende la violencia como una demostración de protección y amor, y te ve como la culpable de sus hechos e incapaz de administrar tu propia vida, ¿él estaría dispuesto a aceptar tu ayuda para cambiar?
¿O estarás usando este pretexto, simplemente, para continuar en este círculo vicioso?
Estudios y estadísticas muestran que la última persona que realmente ayuda es la víctima de la agresión. Puedo decirte esto con conocimiento, pues en el momento en que logré apartarme de mi ex novio, le cayó la ficha de que había perdido y que tenía que lidiar con este problema serio de abuso, que un día podría llevarlo a la cárcel.
Conozco la historia de otras mujeres que persistieron y en un momento de gran dolor y rabia, llegaron al extremo de quitarle la vida a la pareja o la suya.
No estoy, con esto, desconsiderando la obra espiritual que Dios puede hacer. En realidad, los estudios indican que el 99% de los casos son irreversibles y los que cambiaron fue porque hubo una entrega completa de aquel hombre en busca de la liberación en Dios.
Observa que dije “puede hacer” pues todo depende del querer de este individuo. Si usa la honestidad y entiende que su comportamiento no es correcto, asume su responsabilidad de sus actos y quiere cambiar de verdad buscando a Dios, el milagro sucede.
Pero Dios está limitado por nuestro querer y si ese hombre no quiere, mi amiga, permanecer recibiendo golpes y sufriendo, no va a ocasionar un milagro.
Haz tu parte buscando en Dios la dirección y liberación de tu pareja, pero para esto ten certeza de tu seguridad y la de tus hijos.
Rahab

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