segunda-feira, 10 de fevereiro de 2014

Cuanto vale su familia?



Últimamente, lo que más vemos dentro de las relaciones son hombres y mujeres dedicándose casi exclusivamente a su vida profesional, buscando el crecimiento financiero y las realizaciones personales. Sin embargo, el no focalizar en la familia puede traer consecuencias.
Hay algunos motivos que hacen que el trabajo esté por encima de la familia. “Son dos las principales razones. La primera es porque la persona piensa que lo más importante es el dinero para mantener a la familia. Otro factor es que algunos hacen del trabajo un refugio, por no tener una buena relación con la esposa o con el marido, entonces así, cuánto más trabajo, menos tiempo permanece en casa”, explica la psicóloga Débora Cristina de Macedo Jorge.
Para ella, actitudes como esta pueden traer graves consecuencias. “Principalmente si hay hijos en esta relación. Hoy en día hay niños con problemas porque reciben todo de los padres para compensar la ausencia de ellos. Así, se vuelven adolescentes rebeldes y adultos problemáticos.”
Como revertirlo
Para hacer que la persona coloque su atención en la familia es necesario analizar los motivos específicos. “Hay que evaluar qué lleva a estar fuera de casa. Por ejemplo, si es porque no se lleva bien con su pareja, tendrá que cambiar la actitud, o si el motivo es el dinero, tiene que mostrar la importancia de darle atención a su esposa, a los hijos, ya que solamente su presencia es lo que realmente importa”, aclara Débora.
Es de esta manera que el valor de la familia vuelve a ponerse en evidencia. “La familia es la estructura del hogar, las personas logran todo, se sienten fuertes y firmes al lidiar con los problemas de la vida y con otras personas.”
Para que la relación familiar nunca deje de ser el objetivo, es importante reconocer su valor. “Hay que mantener esta visión de que la familia es la estructura de todo y está por encima de todo. Si no está en esta escala de prioridades, los valores deberán ser repensados y cambiados”, finaliza Débora.

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